domingo, 5 de diciembre de 2010

El elevado precio actual del oro en los mercados internacionales

Fuente Hoy Digital





El elevado precio actual del oro en los mercados internacionales motivó que la Barrick Gold se decidiera a explotar los yacimientos de Pueblo Viejo, en Cotuí, tras renegociar un contrato que ha sido muy criticado por sectores nacionales.


La problemática del oro


Escrito por: GUILLERMO A, RIVERA ( rivera4914@comcast.net)

Recientemente el Presidente del Banco Mundial sugirió la posibilidad de un retorno parcial al patrón oro. La realidad demuestra que durante mucho tiempo el precio del oro permaneció más o menos estable. El alza desmesurada de los últimos períodos lleva sin embargo a una serie de especulaciones sumamente graves y sobre las que convendría llamar la atención, ya que desequilibran todo el análisis y cálculo de corto y  mediano plazo.

Si observamos las sumas de los últimos años, puede notarse cómo existe un vínculo constante entre el precio del oro, el del cobre, el del hierro o la plata, pese a las fluctuaciones considerables de tipo medio, aunque al largo plazo es un hecho que el valor relativo de los productos básicos y de los bienes económicos en general, varía muy poco.

Hace siglos, por ejemplo, que se estima la relación oro-plata en una proporción del 15 al uno. Por ello, se ha fijado el precio de una mercancía única- el oro- a la que se tomó como patrón estabilizando su precio. Al fijar en forma invariable este precio del patrón, se constriñe, mediante el libre juego del mercado, todos los otros, a la vez que se les obliga a girar en torno suyo y se mantiene por un largo período, una cierta estabilidad en el precio.

Con relación al petróleo, la relación es distinta. Su alza y el debilitamiento del dólar en su poder de compra, arrastran consecuencias desastrosas. Es evidente que el encarecimiento del petróleo debilita la economía de los países consumidores. Esta alza contagia el precio de otras materias primas y mina las balanzas comerciales. En consecuencia, los ritmos de crecimiento y los de la inflación bajan o aumentan respectivamente y los países más pobres no se benefician del nuevo ciclo de las fortunas suplementarias de los países productores. Por otra parte, los países pobres no pueden compensar con un alza de los precios de sus exportaciones, los dólares suplementarios que deberán encontrar para pagar las continuas alzas en los precios del petróleo.

Algunos economistas sostienen que el aumento de los precios del petróleo incide directamente sobre el oro.  Pese a la insistencia en el vínculo entre el oro y el petróleo, esta relación no admite sino incompletamente la evolución de los precios registrada en los últimos años. No obstante, la relación oro-petróleo adquiere otro sentido si se ve, al mantenerla, como una reivindicación de los países productores de petróleo. Las consecuencias del debilitamiento del dólar son tan graves que algunos vendedores de petróleo han evaluado su precio en onzas de oro y no en dólares. Se piensa así, que las variaciones del precio del oro influyen en los cambios de precios del petróleo, posición contraria a las anteriores.
Al desmonetizar el oro, ya que el valor de las unidades monetarias no está expresado en él, y hacer depender del mismo las variaciones del precio del petróleo, se evade un tanto, no solo el problema de la inflación, sino también el debilitamiento del dólar y de las llamadas actualmente monedas fuertes, el euro o el yen. Por otra parte, hablar de un retorno al patrón oro en forma parcial no es correcto, puesto que nunca ha dejado de ser la suprema referencia, aunque se tenga en cuenta su peso al dejar de ser fijo su precio.
Las declaraciones de los funcionarios de la Reserva Federal de los Estados Unidos, tendientes a deterner el pánico ante el debilitamiento del dólar, se apoyan en el propio Sistema de Reservas que ha provisto a los bancos de reservas suplementarias. Lo anterior no ha detenido la fiebre del oro que ha atacado a numerosos compradores que buscan hasta monedas antiguas o de estados alejados, solo por su peso o el ansia de comprar y que ha incidido al mismo tiempo en el precio de los diamantes y de las obras de arte como objetos de inversión en apariencia más seguros.

Ha de tenerse en cuenta también la especulación de las empresas multinacionales y los bancos de jugar al alza y la baja de divisas, obteniendo, por lo general, enormes beneficios. En los últimos años el volumen de las monedas fuertes se ha multiplicado, igual que el precio del oro. Por eso, mientras el fantasma de la inflación continúe, el precio del oro continuará ascendiendo.
A nuestro parecer, el quid del problema está constituído por el tipo de mercado. Si éste es concurrencial, como el de la mayor parte de los productos manufacturados, la concurrencia de los productores eleva el precio de venta a un nivel cercano al costo de producción; si, en cambio, es un mercado gobernado, la concurrencia de los compradores  trae una gravísima consecuencia al elevar el precio a un monto imposible de determinar y prever, como es el caso que estamos tratando.

Se puede afirmar sin lugar a dudas que los pronósticos realizados en relación al oro, efectuados por los medios autorizados se han equivocado especialmente en lo tocante a la evolución de la situación monetaria internacional. Cabe destacar que las recientes alzas del precio del oro han recibido el calificativo de simple pericia especulativa y como un fenómeno que no amerita un tratamiento especial, dado que dichas alzas no han influído esencialmente en la relación del dólar con las demás monedas fuertes del mundo occidental.  

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