miércoles, 24 de noviembre de 2010

El Oro sigue subiendo

Es la gran noticia del momento en los mercados, junto al nuevo conato de crisis de la deuda de los países periféricos: el oro marcó ayer nuevo máximo histórico al superar por primera vez los 1.400 dólares por onza -terminó en 1.403,2 tras marcar un máximo intradía en 1.409,4-. Y el consenso del mercado insiste en que todavía va a seguir subiendo.
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo. Es el caso de Paul Duncombe, gestor de Schroders, que advierte de que la imparable subida del metal puede estar formando una burbuja. Y en ese caso, el estallido puede hacer perder mucho dinero a los inversores que han llegado tarde al carro de la materia prima.
Duncombe recuerda que el oro ha subido un 25% en lo que va de año y encadena diez años consecutivos al alza, su mejor racha en casi un siglo, lo que le hace batir a la bolsa, la deuda y casi todas las materias primas. A su favor tiene la incertidumbre de los tiempos actuales, junto a la guerra de divisas y al QE2 de la Fed, así como la petición del presidente del Banco Mundial de una vuelta a una especie de patrón oro.

Distintos motivos

Sin embargo, ahora el oro no sube por las mismas razones que lo ha hecho históricamente. Los inversores solían comprar oro en busca de refugio contra la inflación, pero en los tiempos actuales la subida de precios no es la principal preocupación de la mayoría de las economías. Esta vez se trata de la incertidumbre sobre posibles devaluaciones de las divisas -relacionadas con las consecuencias del QE- porque lo que lleva a la gente a comprar oro es el miedo.
Las divisas fiduciarias se están depreciando activamente por parte de los Gobiernos y los bancos centrales. Los temores a una guerra de divisas mundial se han convertido en la principal preocupación política ya que las monedas son las nuevas armas en la guerra entre el este y el oeste. El crecimiento en Asia se basa en las exportaciones, que requieren una divisa competitiva.
Este espectro de dilución de las divisas ha crecido en las últimas semanas por la posibilidad de que los bancos centrales occidentales recurran a la máquina de hacer dinero. El oro, aunque muchos lo consideran una divisa, no corre el riesgo de que los bancos centrales emitan cantidades ilimitadas del metal. Por el contrario, el oro sufre cuando suben los tipos, pero eso no va a ocurrir durante bastante tiempo. Y con la nueva ronda de QE anunciada por la Fed la semana pasada, el precio del oro debería tener un fuerte soporte. Eso nos explica la idea del consenso de que, lejos de estar en una burbuja, el oro todavía tiene capacidad de subida.
Desde el punto de vista de la inversión, Duncombe ve el oro como un buen activo defensivo en tiempos tan inciertos como los actuales, en los que los inversores están nerviosos sobre la posible doble recesión, inseguros sobre la bolsa y convencidos de que las rentabilidades de los bonos seguirán bajas durante mucho tiempo. En esas condiciones, el oro debe seguir subiendo.

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